En entrevista con El Mercurio de Antofagasta, Luis Pérez, gerente zonal y líder del proyecto, relata los desafíos presentes al efectuar las obras de cambio de conductor en la línea Atacama – Esmeralda en un sector habitado.
La compañía de transmisión eléctrica Transelec dio por finalizados los trabajos de mantención realizados en la línea Atacama-Esmeralda, ubicada en las inmediaciones del campamento Comité Irarrázabal II y que es esencial para el funcionamiento del suministro eléctrico de la ciudad de Antofagasta. El gerente zonal Norte Grande de la compañía, Luis Pérez destaca en esta entrevista el despliegue que se realizó junto a la municipalidad y al gobierno para el desplazamiento de los vecinos mientras se realizaba el mantenimiento, así como también advierte sobre el riesgo de invasiones a la franja eléctrica que implica la ubicación de este tramo.
¿Qué importancia tiene este procedimiento para el suministro eléctrico de la ciudad?
-Hablamos de una línea de transmisión eléctrica que abastece a Antofagasta que proviene de la zona de Mejillones y llega a la ciudad, y es importante porque da el suministro al menos al 70% de la población. En este momento estamos terminando justamente el último tramo que nos queda pendiente que son los 4 kilómetros que están en la zona de los campamentos que existen en la parte alta de Antofagasta, la que no la habíamos podido realizar antes por la existencia de población viviendo debajo de la línea eléctrica.
¿Cómo se desarrolló esta mantención en particular?
-Fue con dos focos importantes, uno es hacer un mantenimiento de la principal línea que abastece a Antofagasta, y el segundo es la seguridad de las personas. Debimos desarrollar un trabajo muy particular y complejo ya que no podíamos permitir que se desconectara mientras se hacían los trabajos, y a su vez hubo que tomar las medidas de seguridad para resguardar a las personas que están en el entorno de la línea. Desarrollamos un plan orientado al traslado de las comunidades.
Eso significó hacer todo un trabajo de diálogo con los diferentes dirigentes vecinales y la comunidad, lo que nos permitió iniciar el proyecto el mes de noviembre. Fue un trabajo extraordinario, muy complejo. En 44 días, trasladamos cerca de diez mil personas y los trabajos los desarrollamos en poco más de tres meses.
¿En qué consistió el trabajo con las comunidades?
-Sacábamos a las personas en los días en que hacíamos los trabajos , las llevamos a algún colegio o a sedes vecinales, y desarrollamos todo un conjunto de actividades durante el día, de las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde en las cuales incluíamos alimentación, programas para los niños, y facilidades para que la gente descansara o desarrollara actividades recreativas. Desarrollamos algunos programas también de visitas culturales en La Portada y en las Ruinas de Huanchaca.
Fue un conjunto de propuestas para que esas personas que iban a tener este inconveniente y que fue muy valorado por los vecinos.
¿Cómo se han coordinado con otras autoridades o instituciones para esta mantención?
-Fue un trabajo arduo de múltiples empresas con la participación de las autoridades. A través de la Seremi de Energía se convocó a una mesa de trabajo que coordinó el Senapred y ahí también pudimos representar todos los diferentes temas que teníamos que abordar, en términos de seguridad, planes de emergencia. Le enviamos un agradecimiento a todos los organismos que estuvieron relacionados con esto y que nos permitió confiabilizar la línea de transmisión.
¿De qué manera se lidia con la ‘invasión’ de franja por parte de Transelec?
-Lo que hacemos básicamente es pedir el soporte, coordinar con las autoridades e informar de que esta situación está en evolución. Transelec adopta medidas de mitigación solamente: asegurar que la línea esté en las condiciones operativas necesarias y que no vayamos a tener algún problema. Cuando hay algún problema de invasión, nosotros informamos.
¿Las autoridades han dado alguna solución provisoria?
-Yo diría que la profundidad de esta invasión, con una gran cantidad de gente bajo la línea es una situación singular dentro del país, pero por eso aquí es que tenemos que trabajar de forma preventiva con la autoridad para que el crecimiento de este campamento se conduzca de forma controlada. Ese es el llamado que hacemos, a enfrentar este creciente fenómeno de invasión de franjas con asentamientos irregulares.
Entrevista publicada el 11 de marzo en El Mercurio de Antofagasta.